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Traducción: Jorge Alatrista, Identidad Latina Multimedia
Aunque los funcionarios estatales de educación han anunciado el éxito de un programa que se enfoca en el ausentismo crónico, el problema aún se encuentra en niveles críticos, especialmente entre los estudiantes sin grandes necesidades.
Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, el ausentismo crónico se ha duplicado en Connecticut, del 12,2% en 2019-20 (hasta mediados de marzo, cuando comenzaron los cierres en todo el país) a más del 25% al comienzo del año académico actual, según datos del Estado.
Ese porcentaje se traduce en aproximadamente 125,000 niños (del total de 496,000 estudiantes de Connecticut) que no asisten regularmente a la escuela.
“En general, donde estamos hoy es como terminamos al final del año”, dijo Ajit Gopalakrishnan, director de desempeño del Departamento de Educación del Estado, en una reunión del 11 de enero de la Junta de Educación del Estado. “Pero cruzo los dedos para que este año, en realidad, esa tendencia sea diferente”.
El ausentismo crónico se define para un estudiante que pierde el 10% del tiempo de instrucción en clase, que son 18 días de un calendario académico de 180 días. En este punto del año escolar 2022-23, un estudiante que ya ha perdido alrededor de seis días de clases, se considera crónicamente ausente.
Este año académico, el ausentismo crónico ha disminuido entre la mayoría de los estudiantes con “altas necesidades”, según muestran los datos, lo que significa que los estudiantes que están aprendiendo inglés, los estudiantes con discapacidades, los que reciben almuerzos gratis o los que no tienen hogar están regresando al salón de clases, aunque ni cerca de los porcentajes previos a la pandemia.
Gopalakrishnan dijo que 88,000 estudiantes con grandes necesidades estuvieron crónicamente ausentes el año pasado; desde entonces, el número ha disminuido a 82,500.
Sin embargo, continúan las tendencias de ausentismo entre los estudiantes sin grandes necesidades. Solo el 6% de los estudiantes sin grandes necesidades se consideraron ausentes crónicos en el año escolar 2019, pero ese número ha aumentado constantemente a 7,2%, 12,4% y ahora 17,6% en los últimos tres años.
Los datos de los primeros tres meses de este año escolar muestran un salto de 29,000 a 41,000 estudiantes crónicamente ausentes que no tienen grandes necesidades.
Los funcionarios de educación dicen que la tendencia se puede atribuir en parte a un "problema de salud de la triple amenaza", que incluye COVID-19, la gripe y el RSV (Respiratory Syncytial Virus).
“Los estudiantes pueden estar fuera durante unos días en estos meses iniciales, y si estás fuera durante seis días, a partir de ahora, se considerará que estás ausente de forma crónica”, dijo Gopalakrishnan. “Con el COVID ahora, es una cuarentena de hasta cinco días calendario, y con los fines de semana, es posible que realmente sean dos o tres días que un niño falte a la escuela, por lo que tendremos que ver cómo se desarrolla esto a largo plazo”.
Gopalakrishnan no explicó en la reunión de la Junta por qué los estudiantes sin grandes necesidades son la única categoría que aumenta rápidamente, mientras que otros grupos experimentan una ligera disminución.
Para ayudar a combatir la crisis de ausentismo crónico de los estudiantes, el Estado lanzó un nuevo programa llamado Programa de Participación y Asistencia de los Estudiantes (LEAP en Inglés) en abril de 2021, para 15 distritos escolares de Connecticut, incluidos Bridgeport, CREC, Danbury, East Hartford, Hartford, Manchester, Meriden, New Haven, New Britain, New London, Norwich, Stamford, Torrington, Waterbury y Windham.
El programa, respaldado por $10.7 millones de los fondos federales de COVID-19 del Estado, solicitó a los distritos escolares que identificaran a sus estudiantes crónicamente ausentes. Con la ayuda del personal de la escuela o de organizaciones comunitarias, se realizaron visitas domiciliarias con los niños y sus familias.
Alrededor de 8,690 estudiantes recibieron intervenciones.
“El enfoque de LEAP es muy diferente de lo que hemos tenido en el pasado con el ausentismo escolar. Primero se enfoca en las relaciones, antes de hablar sobre las calificaciones, el comportamiento de su hijo, su asistencia o cómo no asiste a la escuela. Queremos crear una conexión con familias de confianza y relaciones”, dijo Kari Sullivan Custer, consultora de asistencia y participación del programa.
“Las visitas domiciliarias de LEAP están dirigidas para apoyar a dos niveles de los estudiantes y las familias que no asisten a la escuela”, continuó Sullivan Custer, y agregó que las visitas domiciliarias suelen durar alrededor de 45 minutos y las conversaciones iniciales comienzan con las fortalezas y capacidades de las familias, y también las aspiraciones del estudiante.
“Muchas veces lo que estamos aprendiendo de las visitas domiciliarias es que las familias están luchando con muchas, barreras diferentes”, dijo Sullivan Custer. “Puede haber varios niños en un hogar con una madre soltera, y pese a que hay transporte dice, 'No puedo llevar a los niños a la escuela y trabajar al mismo tiempo', y otra persona que los ayuda a resolver esos problemas y proponer con rutinas regulares… ayuda tanto a la familia como al estudiante a estar más seguros de ir a la escuela todos los días”.
El programa continúa con múltiples visitas a lo largo de varios meses y brinda diferentes recursos según las necesidades de la familia.
En una conferencia de prensa reciente, el Departamento de Educación del Estado elogió un estudio que entrevistó a más de 100 de los participantes de LEAP, y analizó datos cuantitativos de los más de 8,600 estudiantes que formaban parte del programa a nivel Estatal, afirmando que había un “aumento significativo en sus tasas de asistencia en general, en relación con las tasas previas a la intervención”, según un informe reciente del Centro para la Colaboración de Investigación Educativa de Connecticut.
“[El Departamento de Educación] está viendo [la asistencia] como una variable binaria, por lo que, o se ha perdido el 10 % del año escolar o más, o no lo ha hecho”, le dijo a CT Mirror Steve Stemler, investigador que contribuyó al informe.
“En nuestro informe, lo que estamos viendo son los índices de asistencia, por lo que [un estudiante] pasó de [ir a clase] el 75% [del tiempo] al 80%”, dijo Stemler, y agregó que aunque algunos estudiantes todavía son considerados crónicamente ausentes, están trabajando para regresar a la escuela.
“Tal vez estuvieron ausentes, ya sabes, el 20% del año escolar, pero… si recibieron la intervención LEAP, por ejemplo, eso puede hacer que pierdan solo el 12%”, dijo Stemler.
El informe afirma que “las tasas de asistencia aumentaron en aproximadamente cuatro puntos porcentuales en el mes inmediatamente posterior a la primera visita de LEAP” y destacó a las Escuelas Públicas de Hartford por el aumento de las tasas de asistencia en “casi 30 puntos porcentuales en los seis meses o más después del tratamiento”.
El informe también dijo que las Escuelas Públicas de New Haven no vieron ningún impacto después de que el distrito escolar no “implementó el programa LEAP tal como se diseñó” y, en lugar de reuniones individuales, “inspeccionó los vecindarios que se identificaron con altas concentraciones de estudiantes crónicamente ausentes”.
Aunque Stemler defendió el éxito del programa en cuanto a las tasas de asistencia, su impacto directo en el ausentismo crónico mostró resultados mixtos.
Siete de los 14 distritos de Alliance, excluyendo CREC, habían empeorado en ausentismo crónico desde el año escolar 2021-22 hasta los primeros tres meses de este calendario académico:
La esperanza de que el programa tenga éxito se basa en el hecho de que en los siete distritos de LEAP donde el ausentismo crónico no mejoró, los aumentos promediaron menos del 1%, excepto en Norwich y Bridgeport, que aumentaron en más de 8 y 4 puntos porcentuales.
En términos relativos, en 22 distritos escolares que no estaban probando LEAP, 13 también vieron saltos en sus números de ausentismo crónico, en un promedio del 5%.
Sin embargo, los resultados del programa siguen siendo notablemente inconsistentes después de que el informe del Centro para la Colaboración de Investigación Educativa de Connecticut dijera que, New Haven no mejoró su problema de asistencia a través del uso del programa, sin embargo, el distrito escolar aún mejoró al observar el ausentismo crónico, ya que pasó del 58,1% al 45,4%.
Del mismo modo, aunque hay una disminución en todo el Estado del ausentismo crónico para los estudiantes del idioma inglés de 32.7% a 29.7% este año, el informe de LEAP reconoció que los estudiantes ELL tuvieron solo la mitad de los “efectos del tratamiento” del programa, en comparación con los estudiantes de diferentes grupos demográficos y socioeconómicos, lo que hace que no quede claro qué partes del programa son exitosos versus otros esfuerzos e iniciativas que las escuelas están usando y que son efectivos.
“Creo que es justo decir, todavía hay preguntas abiertas... sobre este [programa]”, dijo Stemler, citando los picos de COVID y la falta de comunicación general entre los distritos y las familias, entre el aprendizaje híbrido, remoto y en persona, como factores potenciales de los resultados mixtos.
“Los resultados parecen prometedores, pero estoy de acuerdo en que debe haber algunos seguimientos y [el Estado debe] continuar analizando esto para asegurarse de que… esté teniendo el efecto que queremos que tenga”, dijo Stemler.